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martes, 2 de marzo de 2010

Violencia de los jovenes en grupo

La violencia de jóvenes en grupo es un fenómeno que aparece periódicamente en los medios de comunicación social a raíz de algún hecho puntual que llama la atención de la profesión periodística por su crueldad y sin sentido. Estos hechos generan posteriormente casos judiciales con mayor o menor seguimiento mediático, que a veces desembocan en un escándalo cuando las sentencias judiciales no cumplen las expectativas de justicia despertadas en virtud de la gravedad de los hechos.

LA JUVENTUD DE LA SOCIEDAD ACTUAL.

En este artículo nos vamos a centrar, pues, en la violencia característicamente juvenil. Para comprenderla, es muy importante comenzar por la caracterización de la juventud en el momento actual, especialmente en nuestro país, para de este modo comprender el sentido y las causas que están detrás de las diversas formas de violencia juvenil, y en concreto de la violencia de los grupos de jóvenes urbanos.
La juventud como grupo de edad y como realidad diferenciada es objeto de atención privilegiada desde hace ya cierto tiempo. Todo lo juvenil interesa y atrae a la vez que preocupa. Interesa y atrae desde el punto de vista de que nuestra sociedad idealiza este período vital y se otorga mucha importancia al hecho de parecer joven. Esto es lo que MOYA 1983 ha denominado “juvenilización” de la sociedad. Preocupa en la medida en que se da por sentado que todas las tendencias existentes en la juventud son una muestra de lo que ha de venir, del futuro de nuestra sociedad.
Esta situación ambivalente ha conducido a una preocupación por el estudio de la juventud en lo que tiene de específico y que sirva para mitigar la ansiedad que se crea en el mundo adulto, que quiere asegurarse de que la reproducción social, el traspaso de poder a la siguiente generación, no producirá disfunciones importantes.
Un punto clave en el debate sobre la realidad juvenil en las Ciencias Sociales, se ha dirigido a establecer hasta qué punto la juventud es una realidad social homogénea que define a un grupo de población que se encuentra en similar posición estructural. Pues, solamente si consideramos a la juventud como un todo homogéneo, se justifica su estudio específico y las políticas de juventud genéricas que se llevan a cabo.
Cualquier observador ocasional de la realidad social puede apreciar que hay algo en los jóvenes de similar: un modo de vestir, una forma de comportamiento, unas actitudes, unos gustos, incluso unos consumos similares. Pero esta apariencia de similitud nos oculta a veces las profundas diferencias que existen entre unos grupos de jóvenes y otros . Vamos a analizar esto en detalle.


1. HOMOGENEIDAD JUVENIL

La definición de la juventud se ha apoyado en muchas ocasiones en la ausencia de una asunción de las principales responsabilidades de la vida adulta como son: la independencia económica, auto administración de recursos, autonomía personal y constitución de un hogar propio, según ZÁRRAGA, en su Informe Juventud de España y La inserción de los jóvenes en la sociedad, en 1985. Los jóvenes, como característico de su condición social, presentan una dependencia y subordinación de los adultos, especialmente de aquellos con los que mantienen relación estrecha. Bien es cierto, que esta relación de dependencia tiende a disminuir e incluso desaparecer con el tiempo, lo que le otorga a la situación de los jóvenes una particularidad característica: la continua demanda de mayores espacios de autonomía personal que saben que tarde o temprano van a tener, dice TORREGROSA, en su obra La juventud española y Conciencia generacional y política. Ellos quieren acelerar el proceso, los adultos tienden a ralentizarlo, con lo que el conflicto está servido, aunque varíe enormemente en sus manifestaciones.
Los jóvenes también se enfrentan con una misma construcción cultural acerca de lo que significa ser joven. Ser joven implica ser ( o desear ser ) libre, rebelde, y tener ganas de divertirse ( hedonismo). Además, es un momento que los propios jóvenes caracterizan como de moratoria psicosocial según el autor ERIKSON, reflejado en su obra Sociedad y adolescencia, como período de libre experimentación de rol, es decir, donde existe la posibilidad de probar ciertos comportamientos, actitudes, etc., con la impresión de que no dejarán huella en la persona ni les será tenido en cuenta. Por tanto, es el momento de disfrutar, de aprovechar el tiempo, ya que esto es posible en la juventud, pero no después en el mundo adulto, y de ahí la mitificación de la juventud. No olvidemos el carácter coercitivo de las construcciones sociales: no se trata solamente de una “ventaja” de la juventud, es también prácticamente una obligación de todo joven que quiera ser considerado como tal joven. Además, esa construcción tiene un importante componente negativo, pues se relaciona con irresponsabilidad, hedonismo, egoísmo, etc. Se puede pensar este estereotipo negativo sobre la juventud como un instrumento de justificación de la discriminación sufrida por los jóvenes dice SAGRERA. Pero también de control, en la medida en que los jóvenes que deseen integrarse tendrán que negar comporta-mentalmente tal estereotipo mediante una conducta ejemplar según la teoría de REVILLA.


2. HETEROGENEIDAD JUVENIL

¿ Y qué es lo que diferencia a los jóvenes ? En primer lugar, los jóvenes no tienen acceso a los mismo recursos económicos. Esta desigualdad no sería más que un reflejo de las diferencias económicas existentes en la población general y en concreto entre las familias de pertenencia de cada uno de los jóvenes. Esto podríamos traducirlo en la pertenencia de los jóvenes a diferentes clases sociales. Pero desde la Sociología se ha destacado en innumerables ocasiones la importancia de la cultura de clase, esto es, de las diferencias existentes en cuanto a normas, valores, formas de vida propia de cada clase social. BOURDIEU y PASSERON , hablan en este sentido de capital cultural, disposiciones culturales diferenciadas de cada grupo social. Este capital cultural diferenciado es, lógicamente, transmitido a los jóvenes por los adultos de los que dependen, de forma que si bien la dependencia de los adultos marca una misma posición estructural de los jóvenes, sin embargo, esto es fuente de diferencias en la medida en que los adultos tienen diferente posición en la estructura social.
Ambas desigualdades, económica y cultural, se traducen en unas diferentes trayectorias de integración a la vida adulta según CASAL, MASJOAN y PLANAS, en sus obras “Elementos para un análisis sociológico de la transición a la vida adulta” en 1988, esto es, en diferentes recorridos por los sistemas educativo y económico hasta un posicionamiento socio laboral determinado.
En segundo lugar, cabe afirmar la existencia de subculturas o estilos juveniles diferenciados, que se manifiestan en lo que conocemos como tribus urbanas. Estas subculturas proveen de significados normativos y valorativos, además de un modo de expresión característico a los jóvenes que se adscriben a uno u otro estilo juvenil. Como dice MOORE , la subcultura es el conocimiento compartidos por los grupos de jóvenes.
La teoría subcultural ha distinguido tradicionalmente entre la subcultura juvenil, común a todos los jóvenes, y las subculturas juveniles como los modos de expresión peculiar de ciertos grupos de jóvenes. En nuestro país se utiliza el término de tribu urbana en el mismo sentido, con lo que se enfatiza el carácter cultural propio, pero también una imagen gregaria. En este trabajo vamos a utilizar preferentemente los términos subcultura juvenil, para el fenómeno global y estilo juvenil para esas realidades específicas a grupos de jóvenes.
En sociología ha sido objeto de debate la relación entre ambos tipos de diferenciación, la socio económica y la subcultural. La tradición de la escuela de Birmingham (COHEN,CLARKE,WILLIS,HARGREAVES,) diferenció entre subculturas juveniles propias de la clase trabajadora y aquellas otras de clase media. Además, relacionaban la propia existencia de estas subculturas obreras con la dinámica de las clases sociales. Así, los jóvenes obreros protestarían ante el injusto sistema social a través del trabajo simbólico que suponen las subculturas (CLARK, MARTÍN CRIADO).
Sin embargo, en nuestro país no es tan sencillo diferenciar las subculturas juveniles por su procedencia de clase. Hay que tener en cuenta en este sentido que los jóvenes españoles se adhieren a modelos simbólicos importados en general del Reino Unido, laboratorio donde se ha configurado la mayor parte de la creación estilística juvenil desde el fin de la 2ª guerra mundial. En esta importación se pierden parte de los significados originales de la subcultura y se reconstruyen para dotarles de sentido desde nuestra realidad.

De hecho, en investigaciones realizadas en nuestro país sobre tribus urbanas o subculturas juveniles no se ha podido constatar la homogeneidad de clase de unos u otros estilos juveniles (FERNÁNDEZ VILLANUEVA , ADAM REVILLA, ZAMORA ACOSTA,)
Esto no quiere decir que la clase social y la desigualdad económica no tengan importancia para la dinámica subcultural juvenil. Los recursos económicos son importantes desde el momento en que los estilos juveniles tienen un importante componente de consumo de productos específicos. Además, el entorno de clase de los jóvenes determina los posibles modelos subculturales a los que puede tener acceso directamente, algo que sigue siendo más importante que la transmisión mediática de modelos.

Conclusión
En este trabajo hemos tratado de entender un fenómeno como es el de la violencia juvenil. Hemos afirmado en estas páginas que la violencia juvenil es un fenómeno fundamentalmente grupal y construido en grupo, por lo que ha de resultar siempre extremadamente difícil establecer la responsabilidad individual de cada uno de los intervinientes en un incidente concreto. Aunque existen algunas figuras que permiten la corresponsalía de cierto tipo de delitos, no cabe duda de que ésta no es siempre fácil de demostrar, ya que depende en muchos casos de testimonios de víctimas o testigos.


Bibliografia

ERIKSSON, E. H. : Sociedad y adolescencia. Méjico: Siglo XXI, 1989.

MOYA, C. : Informe sobre la juventud contemporánea, 1983.

TORREGROSA, J. R. : La juventud española. Conciencia generacional y política. Barcelona: Ariel. 1972.

ZARRAGA, J. L. : Informe Juventud de España. La inserción de los jóvenes en la sociedad. Madrid: Instituto de la juventud. 1985.


Trabajo realizado por Claudia Bienvenido y Ana Alvarado

1 comentario:

  1. Da la impresión de que habéis "fusilado" un artículo sobre el tema, faltándole informaciones y casoc concretos, debates de opinión, experiencias propias, etc.

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