¡Terminamos ya el curso! El último día para poder subir trabajos será el día 8 de Mayo a las 23:59. A ponerse las pilas que ya queda poquito!!!!

martes, 8 de diciembre de 2009

La Expo'92

La Expo’92 significó un antes y un después para Sevilla, que se convirtió durante unos meses en el centro del mundo. Situada en los terrenos de la Isla de la Cartuja, donde se ubica el que fue antiguo monasterio de los monjes cartujos, la Expo'92 acogió a 112 paises, 23 organismos internacionales, 6 empresas y las comunidades autónomas españolas.

Visitada por más de 20 millones de personas, la Expo supuso un acercamiento a costumbres y culturas de diferentes países aglutinada en pabellones, algunos de impresionante calidad arquitectónica.

Durante seis meses Sevilla fue la capital del mundo y concentró multitud de actividades culturales y lucrativas así como encuentros políticos y económicos que afianzaron los lazos entre paises diferentes y, sobre todo, entre Sevilla y el resto del mundo.



¿Donde se albergó la Expo'92?
La Exposición Universal de Sevilla se articuló en el margen derecho del río Guadalquivir, en el territorio que llega hasta la Cartuja.
2.300m. de longitud entre la Puerta Norte y la Puerta Sur. Entre ambas, se desarrolló una gran avenida denominada Camino de los Descubrimientos.



Pabellón de España

Sobre una plataforma elevada que desciende hacia el agua mediante terrazas que van avanzando, dos formas geométricas destacan en el conjunto: Un gran cubo blanco herméticamente cerrado al exterior y una cúpula de color oscuro debido a su recubrimiento de planchas de bronce. El cubo acogía un gran salón de recepciones; bajo la cúpula se albergó un cine con sistema de proyección esférico y asientos móviles.

Importantes son en el conjunto los pórticos y espacios abiertos, particularmente el vacío del gran patio central, pensado para distribuir la circulación de las personas hacia distintos itinerarios de visita, además de servir de salón al aire libre.

Fue concebido con previsión de permanencia y adaptación a usos futuros, razón por la cual los espacios eran diáfanos y las divisiones interiores se hicieron con paneles móviles desmontables.

Actualmente está ocupado por el parque temático Isla Mágica el cual reutiliza gran parte de las instalaciones del edificio creadas para la Exposición Universal.

El aterramiento al que fue sometido el Lago de España en 1997 para la construcción de Isla Mágica alteró significativamente la visión del conjunto en su fachada más representativa.



Pabellón de Andalucía
Sobre un gran basamento de mármol blanco, se sitúa un volumen de base elíptica chapado de piedra arenisca. Atravesando ambos, aparece como eje un gran cilindro inclinado, revestido de cerámica azul con numerosas ventanas pequeñas, pensado para alojar espacios de espectáculos, espacio central de la exhibición, restaurante y mirador.

Es de destacar la complejidad constructiva del edificio: la estructura es de hormigón armado en su totalidad y, dadas las dificultades que representa la inclinación de 15 grados del cuerpo cilíndrico, hubieron de proyectarse encofrados específicos así como utilizar sistemas tecnológicos especiales para garantizar la sujeción de los chapados exteriores de mármol y cerámica. Todas estas piezas cerámicas que recubren el cilindro se fabricaron en forma de rombos con la curvatura necesaria, lo que originó diez modelos distintos.

El proyecto del edificio fue el resultado de un concurso con el lema “Tradición y Cambio”.



Pabellón de la Navegación

Junto al río el pabellón de la navegación, a la izquierda de la torre Schindler

Fue dedicado a las expediciones científicas y a los descubrimientos y avances en la técnica naval, se sitúa al borde del río Guadalquivir, en el sector sur del recinto, junto al pantalán que acota el puerto fluvial, entre los Puentes de Chapina y de la Cartuja, un lugar privilegiado, mirando hacia el centro histórico.
Se asienta sobre una plataforma situada a la cota del muelle, ofreciendo su fachada principal al río, resaltando en esta vista la cubierta metálica curvada que ofrece su convexidad a la ciudad histórica y en la que, indudablemente, se advierten resonancias de viejas imágenes de hangares y tinglados portuarios.

Pabellón de Finlandia

Los diseñadores del Pabellón formalizaban el mensaje que el país, que celebró ese año el 75 aniversario de su existencia como estado, quería dar de historia y futuro.

El Pabellón de Finlandia se estructura en dos edificios, llamados “La quilla” y “La máquina”, de proporciones notoriamente alargadas, que dejan entre ellos un estrecho espacio abierto de sólo dos metros de anchura en el que se dispone la rampa escalonada de acceso y un puente de comunicación.

El módulo llamado “La quilla”, que es referencia de la naturaleza y la tradición, está realizado totalmente en madera de pino finlandés y su ejecución artesanal sigue los principios de la construcción de barcos. El otro edificio, “La máquina”, enteramente de acero y cristal, de color negro, representaría la industrialización, la modernidad.




Pabellón de Hungría


El Pabellón de Hungría es la mejor y más original muestra de la arquitectura en madera del gran arquitecto húngaro Imre, maestro de la arquitectura orgánica europea.

El pabellón es una obra singular, de fabricación totalmente artesanal, construida en madera laminada encolada, con elementos constructivos de diversidad formal, realizados y ensamblados en la propia obra sin el predominio de la línea recta. Asemeja en su aspecto exterior a una iglesia rural húngara en la que se alzan siete torres con campanas de bronce. Está concebido mediante cuerpos maclados, entre los que predomina el gran casco que actúa de cubierta, como la quilla invertida de un barco recubierta por planchas de pizarra, al que se le adosan volúmenes que forman las entradas las cuales se rematan con máscaras aladas de rostros humanos.

Está dividido en dos sectores perfectamente diferenciados: el del oeste, un espacio diáfano en donde todavía se conserva el roble traído de las riberas del río Danubio cuyas raíces pueden verse a través del suelo de cristal, y el del este, en donde se ubicaban los contenidos expositivos.

Pabellón de Francia

Se sitúa en una zona privilegiada, en frente del Pabellón de España y dando a dos grandes avenidas.

La propia arquitectura del pabellón es un homenaje a la cultura y a la tecnología. Una gran cubierta de malla espacial, a modo de pórtico, engloba la amplia explanada elevada y un edificio-espejo de forma prismática que se sitúa en uno de los extremos de la misma. El resto del edificio se desarrolla bajo el subsuelo.

La gran cubierta, de una altura de 15 metros, se sustenta por cuatro columnas de carbón-fibra cromadas, creando un espacio libre y fresco, amparado y tranquilo, con gradas para sentarse, fuentes de agua potable. La explanada que se conforma como antesala de entrada y plaza que da acceso al edificio principal a través de una puerta monumental en su centro, se resuelve con baldosas de vidrio donde han sido serigrafiados los logotipos de las empresas, agrupaciones locales, grandes instituciones y organismos culturales de Francia que participaron en la Exposición.

Debajo de esa explanada hay un paseo cubierto donde se exponían las más recientes innovaciones tecnológicas de la industria francesa y se descubría al público un atrevido y amplio «pozo de imágenes» de 20 metros de profundidad.

En el edificio principal se ubicaron un restaurante y las oficinas. Es de destacar la capacidad del edificio de reflejar en su fachada principal, de vidrio, que da a la gran explanada, el entorno que lo rodea.



Influencias en Sevilla y lo que queda de la exposición

La Isla de la Cartuja se dividió tras la muestra en cinco áreas: una monumental en torno al Monasterio cartujo de Santa Mª de las Cuevas, una administrativa en la que actualmente se desarrolla el proyecto "Puerto Triana", una zona lúdica con el parque temático Isla Mágica como principal protagonista, una zona universitaria, un parque metropolitano y un parque científico y tecnológico denominado Cartuja 93 que reutiliza gran parte de las infraestructuras de Expo´92.

Pero quizás el legado más importante de la Exposición Universal a Sevilla sea la transformación urbana de la ciudad. La apertura de la zona noroeste al río, un nuevo sistema viario, nuevos puentes, la ampliación del aeropuerto, el primer tren español de Alta Velocidad, un gran parque metropolitano, una nueva red de autovías... devolvieron a Sevilla la categoría de gran capital del sur de Europa.




Trabajo realizado por Juan José Torrejón y Andrés Moragues - 2º Bach A

Fuentes:

Terra - Expo'92
Blog dedicado a la Expo'92
Google Imágenes Expo'92

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