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martes, 20 de abril de 2010

传说的起源

“La leña, arroz, aceite, sal, salsa, vinagre y té
son las siete necesidades para comenzar el día.”

EL TÉ... UN ORIGEN LEGENDARIO


Las leyendas son la base de las tradiciones, todo empieza con ellas, por eso, como en toda historia, sobre el té y su origen se han tejido innumerables anécdotas. Pero hay una que es la más importante y parte de una persona: Shen Nung, emperador de la China.

Según la leyenda china, esta interesante historia comienza cuando el emperador y erudito Shen Nung, descubrió las propiedades beneficiosas del té.

Cuentan que un día del año 2737 a.C cuando Shen Nung estaba descansando junto a un árbol de té silvestre, una ligera brisa agitó las ramas con tan buena fortuna que algunas hojas fueron a caer en el agua que estaba hirviendo. La infusión resultante le pareció deliciosamente refrescante y reconstituyente. El té había nacido.
Una de sus sabias normas fue la disposición de que durante su reinado, toda el agua destinada para el consumo humano fuese previamente hervida.

El Té conquista China

Evidentemente resulta imposible saber si Shen Nung existió en realidad o si simplemente es la encarnación mítica de los desarrollos agrícolas, herbarios y culturales de la antigua China. Pero sean cuales sean sus orígenes, la popularidad del té en China en aquella época es un hecho aceptado por los estudiosos.
Sin embargo no existe ninguna referencia escrita a la hoja del té hasta el siglo III a.C, cuando un famoso cirujano chino la recomendó para aumentar la capacidad de concentración, y un general escribió a su sobrino para pedirle que le enviase té auténtico, porque se sentía anciano y deprimido.

Hasta el siglo III d.C, la infusión se preparaba como medicina o tónico con hojas verdes tiernas de árboles silvestres. Para ajustar la oferta a una demanda creciente y garantizar una cosecha regular, los granjeros empezaron a cultivar arbustos de té en sus pequeñas propiedades y se fue desarrollando un sistema de desecación y fabricación.
La popularidad del té creció rápidamente en China durante los siglos IV y V. El té se entregaba como presente a los emperadores, empezó a encontrarse en tabernas, tiendas de vino y posadas. Incluso existen documentos que demuestran que en el 478 se usaban pastillas prensadas elaboradas con hojas verdes de té hervidas al vapor como trueque en las relaciones comerciales con los turcos. Los comerciantes de té se enriquecieron y los alfareros, plateros y herreros empezaron a fabricar elegantes artículos que constituían un indicador de la riqueza y del nivel social de los propietarios.
Se suele afirmar que la "edad de oro" del té corresponde a la época de la dinastía Tang (618-906 d.C). El té ya no era solo un tónico medicinal, sino que se bebía tanto por sus propiedades reconstituyentes como por placer.

Durante este periodo el té adquirió tal importancia que un grupo de comerciantes encargaron al escritor Lu Yu (733-804 d.C) que compilase el primer libro sobre el té, su Cha Ching, conocido como el Libro Sagrado del té. Este libro muestra claras influencias de la filosofía Zen, así como del taoísmo. La forma de preparar el té, tan poética y bellamente expuesta por Lu Yu, quien veía en ella un modelo de orden y de la armonía que reina en todas las cosas, fue la que posteriormente sería introducida en Japón, precisamente por monjes practicantes del budismo Zen.

En la época de la dinastía Tang, las hojas tiernas recolectadas se hervían al vapor, se machacaban y después se mezclaban con zumo de ciruela hasta obtener una pasta compacta que se introducía en moldes, donde se prensaba para formar una especie de pastillas que se horneaban hasta quedar secas. Para preparar una infusión, se tostaba la pastilla hasta ablandarla para poder triturarla y se hervía el polvo resultante. Los sabores más habituales se obtenían añadiendo al agua cebollas dulces, jengibre, piel de naranja, clavos o menta.
Más tarde con la dinastía Song (960-1279 d.C), la pastilla de té prensado se molía hasta obtener un polvo muy fino que se removía en agua hirviendo a fin de producir un líquido espumoso. Después de tomar la primera taza se añadía más agua hirviendo al té en polvo, se batía de nuevo y se bebía. Este proceso se repetía hasta siete veces con el mismo té. En este período se preferían los aromas sutiles como los de los aceites esenciales de jazmín, de loto y de crisantemo.
El impacto que el té ha tenido en la historia y la cultura del pueblo chino es enorme. Entre las facetas más notables está su influencia en el desarrollo de una de las más importantes industrias tradicionales chinas: la porcelana. Aunque el arte de la porcelana había sido inventado en tiempos de la dinastía Tang, fue durante la dinastía Song cuando alcanzó el refinamiento que lo caracterizaría ya para siempre.
El té llegó a convertirse en un vehículo para la espiritualidad y la trascendencia. Así Wang-Yu-Chang encontraba en el té "algo que llegaba al fondo de su alma como una llamada directa, con esa delicada aspereza que recuerda al gusto de un buen consejo". Para So-Tung-Pa "el poder de la pureza del té desafiaba lo corrupto, al igual que hace un hombre virtuoso".

Sin embargo este esplendor del té acabó drásticamente. A principios del S XIII las tribus nómadas que habían habitado desde siempre en los límites noroccidentales del imperio fueron sometidas por Gengis Khan. Bajo su mando, las hordas mongoles comenzaron a realizar sus incursiones por las vastas llanuras del desierto del Gobi, hasta que finalmente en el año 1215 conquistaron Pekín. La dinastía Song se retiró y pudo seguir gobernando en el sur, pero en 1279, Kublai Khan, nieto de Gengis Khan, logró apoderarse de todo el país. Como suele ocurrir, los invasores se interesaron poco por la cultura y las costumbres de sus antecesores; así, por primera vez en muchos siglos, la élite gobernante fue ajena a las sutilezas y refinamientos del té y aunque se siguió consumiendo, pasó a ser considerado como un alimento más. Los mongoles lo tomaban con crema, generalmente acompañado de arroz o frutos secos. De hecho, cuando en 1275 Marco Polo llegó a la China, ni siquiera lo introdujeron al antaño imprescindible ritual del té. En sus escritos describe con detalle los esplendores de las ciudades chinas, no aparece ninguna referencia al té.

A la muerte de Kublai Khan comenzó a gobernar en China la dinastía Ming (1386-1643 d.C), de mentalidad marcadamente aislacionista, y que consideraba a su país como muy superior a los demás, tanto en el aspecto económico como en el cultural y en el espiritual. Los Ming trataron de revivir los antiguos esplendores y como parte de ello se volvió a practicar la ceremonia del té, al tiempo que la fabricación de la porcelana conocía un nuevo auge. Fue precisamente en esta época cuando se inventó el proceso de fabricación del té verde tal como se sigue utilizando en la actualidad.
En 1644 China fue de nuevo conquistada, esta vez por los manchúes, quienes establecieron la dinastía Quing que permanecería en el poder hasta el año 1912. Durante la dominación Quing se inventaron los diferentes métodos para controlar la fermentación del té, lo cual dio como resultado las variedades Oolong y té negro. Desde entonces y paralelamente al interés mostrado por otros países, las variedades del té se multiplicaron de un modo incesante.
Antes de proseguir os voy a contar la atrayente leyenda que se encuentra detrás del popular té Oolong. El vocablo oolong, en idioma chino, significa ni más ni menos que serpiente negra, o también dragón negro. Es que, al parecer, el propietario de una plantación de té, según reza la leyenda, fue espantado por las hojas secas de este té, que tenían la apariencia de una gran serpiente negra. Pero este buen hombre, a pesar del susto que se había llevado, decidió regresar algunos días después. Se encontró con que no era un reptil lo que allí había, sino las hojas de té que se habían oxidado aún más por el sol, dando como resultado esta magnífica infusión.
Pero el hecho irreversible es que, al menos en China, el té nunca volvió ya a ser considerado como un refinado elixir, capaz de estimular la poesía y la espiritualidad más sutil. En lugar de ello, pasó a convertirse en la bebida popular por excelencia, como todavía lo sigue siendo en nuestros días.


Tipos de Té

El té se extrae de las hojas del árbol perenne Camelia sinensis o Thea sinensis y se cultiva en un clima cálido y húmedo en grandes extensiones llamadas jardines. Las hojas más recientes y tiernas del té pueden tratarse de maneras distintas, variando la intensidad del tueste o el grado de fermentación. De estos procedimientos diferentes en la elaboración surgen diferentes tipos de té: té negro, té verde y té Oolong. Éstos son los más comunes, sin embargo, en realidad hay cientos de variedades en sabor, color y concentración, basados en las propiedades y altitud de las tierras de cultivo, clima, la parte de la planta utilizada y el momento de su cosecha.

Té verde
El té verde se extrae de las hojas de la planta del té cocidas al vapor, liadas y secadas a temperatura elevada, sin ningún tipo de fermentación. Es posiblemente el té que más consumido en China. Su color varía entre verde jade y verde amarillento y su aroma es refrescante. De entre sus muchas propiedades, destacan la de despejar la voz, ser un buen digestivo o aliviar la retención de líquidos. Gracias a sus sustancias beneficiosas, es un producto de gran interés dietético, nutricional y diurético. Se considera más potente que la vitamina C y ayuda a retrasar el envejecimiento celular. También tiene importantes efectos estéticos, ya que ayuda a la eliminación de impurezas de la piel y su contenido en vitamina B12 ayuda a mantener sanos el cabello y las uñas.
  • Té negro
    El té negro es el té más conocido y de mayor consumo en el mundo aunque no por ese motivo tiene más propiedades beneficiosas. A diferencia del té verde sigue un proceso de fermentación y desprende un suave aroma pero con un gusto amargo más fuerte y profundo, aunque existen variedades. Sus efectos ayudan en la relajación de los vasos sanguíneos y ejerce de protector del sistema cardiovascular. Al ser el té con más cantidad de teína mantiene la mente despierta, alivia la fatiga, aumenta el riego del cerebro, previene la caries, combate el dolor de cabeza y la hipotensión Es el más astringente y contiene elementos anticancerígenos como el polifenol, relacionado con la prevención del mal de Parkinson.
  • Té Oolong (té rojo)
    El té del tipo Oolong es menos fermentado que el té negro y ha sido estudiado por sus propiedades antioxidantes, efectos protectores en el sistema cardiovascular, en la prevención del cáncer y la obesidad. Hay algunos datos publicados que sugieren que el Oolong (también conocido como té rojo) aumenta el consumo de energía en el cuerpo, y por ende, el consumo de calorías. No está claro si es debido a los compuestos polifenólicos presentes en el té, o a algún otro compuesto que promueve la oxidación del tejido graso y la pérdida de peso.

Existen algunas variantes del té rojo, como el té rojo llamado en China Pu Erh. Éste actúa sobre las energías reguladoras de las funciones del cuerpo, baja el nivel de colesterol y consigue resultados sorprendentes en tratamientos de sobrepeso. En esta variedad también se encuentra el té de frutos rojos. Es un té rico en Vitamina C y muy digestivo al que se le añaden frutos como fresas, frambuesas, cerezas y grosellas.

Además, entre las muchas variedades de té presentes en el mercado, existen otros tipos de té menos conocidos:

  • Té Blanco
    El té blanco se considera todo un elixir para mantenerse joven, y es también el más caro. Desde la dinastía Song (420 a.C.) se reservaba este té a los emperadores y si alguna otra persona lo probaba, lo pagaba con su vida. Es una infusión cristalina y exhala un perfume sutil y fresco a uva madura. En su preparación se utiliza el brote entero de la planta del té de modo que se conservan más polifenoles, una de las sustancias naturales más antioxidantes, que ayuda al cuerpo a mantenerse sano y saludable.
  • Té Amarillo
    Se obtiene de las hojas del té antes de que estén totalmente secas. Llamado también “el té de las cinco dinastías” o “aguja de plata” es un té dulce pero ligero y suave. Contiene gran cantidad de vitaminas y minerales gracias a la poca preparación de la hierba del té.
  • Té Azul
    El “té marino” es una variedad del té Oolong que se consigue parando el proceso entre el té verde y el té negro. Se trata de un té poco conocido, que se toma casi exclusivamente en el sureste de China. Su gusto está a medio camino entre el gusto dulce del té verde y el amargo del té negro. Es el más digestivo de todos y se le atribuye el poder de disolver las grasas, ya que contiene poca teína, muchas vitaminas y minerales. También contiene propiedades tónicas, laxantes y como fijador de calcio en los huesos ya que es rico en calcio, hierro, yodo y magnesio.

Ceremonia del té

Una de sus más preciadas costumbres es la ceremonia del té, se trata de todo una expresión artística en la que un anfitrión invita a sus huéspedes a compartir el gozo del té y apreciar los valiosos utensilios en una atmósfera cultivada con esmero.

La ceremonia nació con el fin de mostrar a los invitados el té de una forma en la que éstos puedan disfrutar de la belleza de la preparación y confiar en su fiable procedencia. La esencia de este arte está en el modo de infusión, que varía en función del tipo de té. La persona a cargo de la ceremonia, tendrá como objetivo hacer resaltar los colores, aromas y gusto del té, para el disfrute de los presentes. Una ceremonia exitosa es aquella en la que se balancee y se pongan en evidencia los cuatro factores esenciales del té: he (armonía), jing (respeto), mei (belleza) y zhen (verdad).

Luego de años de turbulencias, la cultura del té retomó su lugar de importancia en la cultura china, Hoy día, en Beijing, las casas de té florecen por todas partes. Grandes y pequeñas, se agrupan en 3 categorías:

En la primera categoría encontramos las casa de té tradicionales, como la casa de té Hugunghuiguan, el jardín de té Tianqiaole, y la casa de té de Laoshe (nombre del reconocido escritor chino que escribió una obra de teatro titulada ¨Casa de té¨).

La Casa de té de Laoshe es el más fiel representante de la cultura de té en Beijing. Entrar en ese salón de té es algo así como penetrar en una sala de teatro. La decoración tradicional (ventanas de madera, pinturas chinas, linternas rojas, mesas al estilo de la dinastía Qing...), los camareros vestidos con trajes tradicionales de la época, las teteras..., en fin, todo nos muestra la naturaleza única de los salones de té tradicionales. En este casa, podrá usted apreciar espectáculos como el Qinshu (narrador acompañado de música), el Kuqiban (historias recitadas al compás de castañuelas de bambú) o el Jingyundagu (balada acompañada de un tambor).

También encontramos casas de té modernas, siendo la casa de té Wufu el mejor ejemplo. El té Oolong, servido en pequeñas teteras, caracteriza el estilo de esta casa de té. Una sucursal bien conocida se encuentra cerca de la Entrada Guanxi de Xibahe. Es un edificio de 3 pisos: la planta baja se dedica a una exposición de té y teteras de gran valor. El primer piso se divide en diversas salas de distintos estilos (té japonés, budista, occidental, etc). Si desea usted un ambiente más animado, puede dirigirse al segundo piso, y disfrutar de una tasa de té con los amigos.

La tercera categoría engloba las casas de té de todos los tipos y de todas las latitudes, donde la casa de té Minghui, el salón de té Baicaoyuan y el salón de té Xiao Xiao son los más representativos. En esta categoría figuran también las casas de té extranjeros, como las koreanas y japonesas.

El ritual

1. Los invitados entran a gatas, como gesto de humildad y el maestro de ceremonias aparece y los conduce, por el camino del jardín, hasta la sala de ceremonias.

2. Cada invitado se arrodilla ante la capilla o tokonoma y hace una reverencia respetuosa. El anfitrión hace sonar un gong de metal, situado cerca de la sala de ceremonias, con lo cual indica el principio de la fase principal del rito.

3. Los recipientes de cerámica para el agua y el té están ya colocados en sus sitios. A continuación, entra el maestro de ceremonias, que lleva en sus manos la tetera, con el agitador de bambú dentro y el cucharón de bambú encima.

4. Después se limpia el recipiente de té y el cucharón con un paño especial que recibe el nombre de fukusa, enjuaga el agitador en el cuenco del té, después de verter en éste agua caliente del recipiente colocado al fuego.

5. Luego, vierte el agua en el recipiente destinado a ello y limpia el cuenco con el chakin (paño de hilo). Luego agita la mezcla con el agitador de bambú, hasta que adquiere un aspecto y consistencia similar a una sopa de guisantes espesa. Esta mezcla recibe el nombre de koicha.

6. El maestro de ceremonias coloca el cuenco en su lugar correcto cerca del brasero o el hornillo y el invitado principal se desplaza sobre sus rodillas para tomar el cuenco.

7. El cuenco pasa luego sucesivamente a los demás invitados hasta que todos han bebido su parte del té. Una vez que ha terminado el último invitado, éste devuelve el cuenco al invitado principal, que lo entrega al maestro de ceremonias.

Como preparar un buen té

Agua.- Materia de gran importancia a la hora de obtener una infusión de buena calidad.Se consideraba antiguamente que la mejor agua era la lluvia o nieve, aunque no si procedía de una tormenta o recogida desde un alero. Sin embargo hoy en día es más aconsejable usar el agua de manantial, que era la que le seguía en grado de calidad. Si no se dispone de agua de manantial, y hay que recurrir a la corriente, es mejor dejar reposar el agua un buen rato para que se evapore el cloro.

Temperatura.- En cuanto a la temperatura del agua, comúnmente se admite que se debe emplear el agua a punto de hervir, a unos 90-95º, si bien también he encontrado fuentes donde aconsejan que para los tes fermentados (el te negro o rojo), la temperatura sea más próxima a la de ebullición (100º) mientras que para los verdes, se recomienda 90º o incluso menos (85º)

Utensilios Básicamente, cuando se toma el té no para saciar la sed, sino para degustarlo, se presta más atención tanto a su elaboración como a los utensilios que se emplean, que suelen ser los siguientes:

  • Teteras Es el utensilio más relevante. Las teteras altas son apropiadas para el te negro, mientras que las bajitas o achatadas lo son para los tes verdes.
  • Es conveniente usar una tetera para cada tipo de te que consumamos, ya que el barro de que están hechas absorbe el aroma del te, quedándose impregnado en ella. Por eso mismo no hay que lavarlas con detergente ni secarlas, sino simplemente enjuagarlas con agua.

  • Para escoger una tetera de buena calidad hay que tener en cuenta lo siguiente:
  • Las que son redondas han de ser perfectamente redondas, y las cuadradas perfectamente cuadradas.
  • La tapa debe encajar también a la perfección.
  • La superficie ha de estar bien pulida.
  • La boquilla y el asa deben guardar proporción.
  • Deben hacer que el te se vierta limpiamente, sin que caiga chorreando por el exterior de la tetera, ni tampoco gotear.
  • La tetera es considerada como un procto artístico y por eso el escogerla debe ser el resultado de una buena impresión, un buen impacto sobre nuestro ánimo.Por ejemplo, podemos "enamorarnos" de una tetera en la que encontramos escribo nuestro poema preferido, o bien un dibujo que nos evoca algo agradable...
  • El color debe estar en consonancia con el que nos ayude a relajar nuestro espíritu.
  • El tamaño dependerá de nuestras necesidades.

Lo más importante es que la tetera nos represente bien, nos satisfaga plenamente en todos sus aspectos. Al tomar te hay que disfrutar también de la tetera.

Se recomienda "acariciar" a menudo la tetera, -frotarla con las manos- ya que mientras más se usan más brillantes se ponen y más conservan el aroma del te.

Las teteras más usadas para apreciar el sabor del te son de arcilla cocida, seguidas de las de porcelana, aunque también las hay de laca e incluso, más recientemente, de vidrio.

  • Tazas Las que son para degustación suelen ser muy pequeñas y sin asas (llamadas "zhong"). Al igual que las teteras, las hay de barro cocido, de porcelana, etc.
  • Bandejas Plana con agujeros y un recipiente como un barreño debajo En chino se llama "chi" y sirve para escurrir el agua que se echa por encima de la tetera para calentarla, o para el agua que se derrama.
  • Bandejas para servir las tazas de te cuando hay invitados.
  • Cucharas de té para coger el té desde la caja. Suelen ser de bambú, y no se usan las de metal.
  • Agujas especiales que sirven para desatascar los orificios de las teteras.
  • Vasija para tirar los restos de te utilizados, etc.
  • Toalla para secar los líquidos que de puedan derramar sobre la mesa.
  • Platillos para sostener los boles o tazas cuando éstos queman. Suelen ser de bambú o madera.
  • Loto de Té es un recipiente de forma especial que recuerda un poco la forma de una hoja de loto curvada y que sirve para mostrar a los invitados el te que se les va a servir



我希望你喜歡這個工作,幫助您欣賞的魅力一個良好喝茶以其獨特的香氣,口味和利益。


(Espero que os haya gustado este trabajo y que os ayude a apreciar el encanto de una buena taza de té, con sus incomparables aromas, sabores y beneficios para la salud.)


BIBLIOGRAFÍA


Grandes Civilizaciones - Volumen dedicado a China - Editorial Rueda

http://www.todochina.com/http://www.casadelte.com/

http://www.tebebo.com/

www.teapot.cl/hostoriadelte

http://www.casasia.es/

www.innatia.com/historiadelte

http://www.absolut-china.com/

http://www.chinaviva.com/

AUTOR:

ANDRÉS GARRIDO GALEOTE


2º. Bachillerato B

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