Garabandal

Un expediente X como Dios manda

(nunca mejor dicho)

Incluso a día de hoy, con todos nuestros avances logísticos y pseudosociales ¿conocemos completamente la verdad acerca de este maravilloso mundo que, según parece, nos rodea? ¿Es la ciencia la herramienta de conocimiento empírico definitiva? ¿No quedan ángulos de la realidad que no podemos perturbar con nuestros medidores y que permanecen ocultos en la niebla medieval? ¿Qué somos? ¿De dónde venimos? ¿Adónde vamos? Dejando de lado el estilo Carl Sagan, hoy me gustaría hablar de un tema que, como todos sabemos, no le importa a absolutamente nadie, pero que queda muy bien para hacerse el interesante (versión siniestra) en algunas ocasiones, cuando el resto de conversaciones fallan estrepitosamente y, evidentemente, no queremos hablar del tiempo atmosférico. Sí, lo habéis adivinado queridos camaradas, efectivamente estamos ante aquello que a todos nos atañe, que a todos nos inquieta, que a todos nos provoca micciones nocturnas involuntarias: los cuentos de miedo a lo Edgar Allan, las cazas de brujas, los prediagnósticos apocalípticos, los demonios tridentinos, los UFOs y, en general, todo aquello que tenga que ver con cadenas y sábanas flotantes. Es decir, podemos catalogar este escrito dentro de ese difuso campo del “misterio” que tan en boga está últimamente y tantos beneficios económicos y espirituales reporta a muchas familias españolas.

A la hora de buscar fenómenos raritos a lo largo y ancho de nuestras extensas tierras lo cierto es que uno se encuentra con dos graves problemas: la modernidad (ese terrible monolito que destruye todo lo bello, profundo y moralmente digno) y el hecho de que por sus propias características irracionales y mistéricas, estas cosas no salen a la luz así como así. Tiene que ser un suceso muy espectacular o que haya un clima favorable a los sustos para que los acongojados observadores lo vayan contando después por su vecindario. Sin embargo, nosotros los españoles no somos gente descreída y por ello todavía podemos encontrar por estos lares enigmas de andar por casa con interés antropológico bastante notables. De modo que si hay que hablar de un caso concreto, que sea de los grandes ya que los tenemos, de los que atraen a eruditos barbudos alemanes y doctores teólogos de toda la Cristiandad. Concretemos: las apariciones que la Iglesia católica atribuye a la Virgen, por ejemplo, son una de las clases de fenómenos paranormales con mayores repercusiones religiosas y sociales, y tienen en España uno de sus principales campos de cultivo. Por eso resulta muy interesante resaltar como paradigma del fenómeno paranormal puramente español las apariciones marianas, y quizá unas en concreto destaque sobre las demás por sus inigualables condiciones y sobre todo, su proximidad temporal: la de Nuestra Señora del Carmen de Garabandal.

El pueblo del terror, bueno,

en realidad es San Sebastián de Garabandal.

Acontecimientos celestiales

San Sebastián de Garabandal es una aldea cántabra de aproximadamente cien habitantes situada en la vertiente norte de Peña Sagra, un macizo montañoso que como cuyo nombre indica, era un lugar de culto para los antiguos habitantes de la zona. Aún hoy estamos hablando de un lugar bastante aislado, cuya única actividad económica es la agraria. Bueno, y hasta cierto punto el turismo religioso. Porque ahí donde lo ven, en Garabandal han ocurrido sucesos que atraen cada años a decenas de visitantes y a otros muchos nos quitan las ganas de acercarnos.

Estamos en 1961, el 18 de junio. Conchita González, Mari Cruz González, Jacinta González y Mari Loli Mazón, cuatro niñas de doce y once años caminan tranquilamente por “la Calleja”, un sendero en pleno monte cerca de Garabandal. De repente, según sus propias palabras, se les aparece “una figura muy bella con muchos resplandores que no les lastimaba nada los ojos”, que ellas identifican (imagino que gracias a su conocimiento del arte barroco) como el Arcángel San Miguel, que en aquel momento no batallaba contra el Diablo, sino que venía a informarlas de que la Santísima Virgen se les aparecería próximamente. La visita por parte del Arcángel se repitió siete veces más hasta que finalmente, el 2 de julio, la Virgen al parecer se encuentra con las niñas. La describen como una figura luminosa y bella vestida de blanco, acompañada de “un ojo de estatura muy grande, parecía el ojo de Dios”. Hablan con ella durante muchas horas, y dos días más tarde se les aparece de nuevo para comunicarles un “primer mensaje” que debería revelarse el 18 de octubre. Evidentemente, a esas alturas el pueblo ya vivía únicamente para las apariciones, y no eran pocos los curiosos que llegaban de todas partes para examinar el fenómeno mariano que las niñas afirmaban presenciar casi todos los días. 

Las niñas en cuestión, todas ellas peinadas a lo "mod".

Uno de los sucesos más significativos a este respecto es el que tuvo lugar el día 8 de agosto cuando un jesuita y profesor de Teología de Oña (Burgos), el padre Luis María Andreu, acude a Garabandal atraído por la popularidad de las apariciones. Tras acudir a misa con las niñas, el buen hombre las sigue subrepticiamente por el monte hasta llegar a “la Calleja”. Allí las cuatro entran en trance místico, y al parecer el religioso es testigo también de algo sobrenatural, que le hace postrarse de rodillas mientras mira al cielo. El padre Andreu murió esa misma tarde de regreso a Burgos, sin parar de repetir constantemente que el milagro era real.

Finalmente, el 18 de octubre es revelado el mensaje de la Virgen: “Hay que hacer muchos sacrificios y mucha penitencia, visitar al Santísimo con frecuencia. Pero antes tenemos que ser muy buenos. Ya se está llenando la copa, y si no cambiamos, vendrá un castigo muy grande”. Léase el Apocalipsis para más información.

Conchita en pleno trance.

Existe otra posibilidad que explica dicha expresión,

pero casi mejor no la menciono.

En los siguientes cuatro años, múltiples fenómenos extraños ocurrieron alrededor de las niñas y sus éxtasis visionarios. Se dice que entre otras cosas, eran capaces de levitar, andar de rodillas sobre las rocas sin dañarse y también que mostraban una fuerza por momentos sobrehumana. Pero sin duda el momento más famoso es el que tuvo lugar la madrugada del 19 de julio de 1962, cuando a Conchita (que se convierte desde entonces en la protagonista del espectáculo) le surge de repente la Sagrada Forma en la boca, entregada por San Miguel. Todo queda grabado en una película de 8 mm, pero aún así lo cierto es que a lo largo del tiempo el milagro ha sido muy cuestionado, como el resto de los fenómenos relacionados con Garabandal.

En cuanto a las profecías reveladas a Conchita, que son el centro del movimiento garabandalista, estamos hablando de tres distintas: el Castigo, que sería aquello que ocurrirá a la humanidad si no se convierte por completo (me imagino que incluirá dolor, fuego y latigazos); el Aviso, una especie de señal que será visible en el mundo entero; y finalmente el Milagro, que Conchita anunciará ocho días antes de su consumación. Después de esto, y como dato curioso, se acabará el mundo para bien o para mal. Y todo esto porque como la Virgen les transmitió en su último mensaje el 18 de junio de 1965, la cosa está muy chunga y pecaminosa aquí en la superficie del planeta, de modo que toca arrepentirse y volverse beato cuanto antes, mejor.


Presente y futuro (a muy corto plazo)

Tras el cese de las apariciones, no creáis que el fenómeno Garabandal terminó. Al contrario. Las cuatro niñas se marcharon a USA, a cumplir el sueño americano, y allí se casaron con señores del lugar y organizaron el movimiento en plan serio, ya se sabe como les gusta a los yankees todo lo que tenga que ver con el Jesús alternativo y/o neo-con.

Actualmente el garabandalismo parece ser que tiene miles de seguidores, la mayoría estadounidenses, pero al ser un movimiento no reconocido por la Iglesia Católica (que nunca aceptó las apariciones como milagro) es complicado de controlar y seguir. Lo cierto es que las opiniones respecto a Garabandal están muy divididas dentro del Vaticano, hasta el punto de que no existe una postura oficial, ni de promoción ni de condena.

Y bueno, de futuro, Garabandal no nos augura mucha vida a ninguno de los que estamos aquí ahora mismo. Según Conchita, el cataclismo tiene que llegar antes de su fallecimiento, así que está aún a tiempo. Aunque también profetizó que tras Juan XXIII sólo habría tres papas más y ya llevamos cuatro, pero seguro que lo que pasa es que Juan Pablo I no cuenta, que duró muy poco. En fin, que como todos sabemos, hay que ser buenos (y pasar por caja) si no queréis un castigo desproporcionado y cruel por parte del Todopoderoso.


Fuentes

- Estudio neuro-psiquiátrico del fenómeno, por el Dr. Ricardo Pancernau (no, no es un vampiro a pesar del nombre).
- Artículo descriptivo sobre las apariciones.
- Y finalmente, he aquí un documental que el programa Cuarto Milenio dedicó al fenómeno:


CARLOS DOÑA GRIMALDI