HISTORIA
El Oratorio de la Santa Cueva, con sus dos capillas (la penitencial y la eucarística) es un monumento extraordinario dentro de la historia del arte español y la obra cumbre del neoclasicismo gaditano.
Resulta sorprendente, y pocos imaginan, que detrás de su fachada, con más aire civil que religioso, se puedan albergar dos espacios superpuestos tan diferentes entre sí. Parece increible que detrás de esta fachada seria y severa se esconda un tesoro.
Todo lo dispuesto en ellos: la arquitectura, la escultura, la pintura, las artes decorativas y hasta la música, responde a la perfección al complejo programa religioso ideado por su fundador, y todo se mantiene tal cual desde su creación en el siglo XVIII.
Alcanza el máximo esplendor en los comienzos de 1771, teniendo como director espiritual al sacerdote José de Santamaría.
Con estos fondos decide levantar la llamada capilla alta dedicada por completo al Santo Sacramento, bendecida en 1796 por el obispo de Cádiz, Antonio Martinez de la Plaza.
Y así recorriendo el tiempo llegamos hasta 1981 cuando la Santa Cueva es remodelada, limpiada, sus óleos entre ellos tres de Goya son restaurados en los sótanos del Museo del Prado en Madrid y abierta al público en general.
La entrada a la Santa Cueva está en la calle Rosario, se accede a un pequeño vestíbulo donde a la izquierda está la recepción para adquirir las entradas, plano de la misma, postales de recuerdo y por supuesto el libro de su historia.
En el frontal se encuentra la reproducción del cuadro de la Virgen que está colocado en la fachada de la calle con el nombre de la Virgen del Refugio de los pecadores, obra del pintor alemán Franz Riedmayer que vivía en Cádiz.
A la derecha dos escaleras dan paso a la capilla alta y a la capilla subterránea o de la penitencia.
Me quedé impresionado ante la simple y blanquecina decoración comprendida por tres naves separadas por pilares. Al fondo de la capilla está el estrado donde el director espiritual de la orden dirigía las meditaciones. Frente a ese pequeño pedestal donde se encontraba el sillón del director espiritual, iluminado sólo por aquel entonces con una lamparilla de aceite donde se encuentra el Calvario, tallado por Gandulfo y Vaccaro cuya única iluminación es la linterna que se encuentra sobre él. El calvario está compuesto por el Nazareno clavado en la cruz, rodeado de su madre y de S. Juan Evagenlista y las tres santas mujeres: Maria Magdalena, María Cleofás y María Salomé.
Tanto los ropajes como las figuras, todos tallados en madera de colores oscuros y semblantes afligidos nos llenan de una especial sensación. Me cuenta el padre Guillermo que los asientos de madera eran ocupados por los integrantes de la orden primitiva, reunidos alli cada jueves noche para orar y para, desposeídos de su túnicas de penitentes, azotarse a sí mismos, de modo que la sangre manchaba los muros blancos. Debía de ser un espectáculo sobrecogedor. Me pregunto si la redención de los pecados debía de llevar consigo, el dolor físico...
Las escaleras se hacen revoltijos de tallados en madera clara, bella y brillante y los mármoles adquieren una tonalidad rosásea muy típica de los afamados italianos. Me dice el padre Guillermo que en esa época la ciudad era morada de muchos mercaderes venecianos y de otros puertos de Italia.
La capilla Alta nos espera al final de la misma, que bajo el nombre del Santísimo Sacramento nos brinda todo el lujo de ornamentación y riqueza en pinturas y materiales.
Dos parejas de ángeles de mármol blanco guardan la parte más preciada del lugar. La cúpula donde está el sagrario esta pintada por el italiano Antonio Cavallini, que realmente logró un efecto optico increíble en escayola. En los tres intercolumnarios están dos cuadros que representan a San Luis de Gonzaga y San Estanislao de Kostka obras de Cosme Velázquez. En el resto de la capilla hay cinco lienzos más; tres de ellos son obra de Goya: La multiplicación de los panes, el convite real y la última cena, colocado justamente frente por frente al sagrario. Las dos obras restantes son de la firma de Zacarías González Velázquez y de José Camarón: las bodas de canaá y el rocío del Maná.
La multiplicación de los panes - Goya
El Convite Real - Goya
La última cena - Goya
En la parte subterránea y para invitar a la meditación, la luz durante el día proviene del lucernario que se abre sobre el Crucificado, iluminándose por la noche por dos lámparas de aceite portadas por sendos ángeles.
La capilla del Santísimo Sacramento durante el día, por ocho óculos que tamizan la luz que proviene de la cúpula y durante la noche gracias a una magnífica lámpara de cristal de La Granja.
En 1981 todo el conjunto está declarado como monumento histórico-artístico de carácter nacional.
El Padre Santamaría quiso enriquecer su Oratorio con una pieza musical que acompañara la predicación de las Sietes Palabras en la mañana del Viernes Santo. El marqués de Méritos y el marqués de Ureña, que eran músicos, intervinieron para que el famoso compositor austriaco Joseph Haydn escribiera su obra "Las Siete Últimas Palabras de Nuestro Redentor en la Cruz", que se estrenó en Cádiz el Viernes Santo de 1783, convirtiéndose desde entonces en uno de los momentos cumbres de la Semana Santa gaditana, por su belleza, hondura y profundos sentimientos de piedad que imprime en el alma de quien, con religioso fervor, une en su interior la meditación de las divinas palabras y la expresividad de es música incomparable.
Nos encontramos, pues, ante la obra de un sacerdote, inteligente y culto, que supo combinar con sabio equilibrio la cultura, el arte y la fe, y que movido por su profunda devoción y sincera caridad, empleó la inmensa fortuna que heredó, en obras de caridad, de apostolado y de arte sagrado, mientras que él vivía con ejemplar austeridad. Sus restos mortales descansan en el vestíbulo de entrada a la capilla alta, junto al Buen Pastor, a quien tan fielmente imitó en su vida sacerdotal. No en vano a su muerte, en fama de santidad, el pueblo espontáneamente le otorgó el título de venerable Padre Santamaría.
- "Las Iglesias de Cádiz" de Pablo Antón Solé
- Enciclopedia Gráfica Gaditana Vol. I nº 6 - Caja de Ahorros de Cádiz
- Experiencia propia - Visita guiada por el párroco de la Santa Cueva
AUTOR:
Andrés Garrido Galeote
Muy bien, Andrés, separando el trabajo propio de lo tomado de las fuentes, bien estructurado y escrito.
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