EMILIO CASTELAR
Emilio Castelar nace en Cádiz, el 7 de septiembre de 1832. Sus padres de ideologia liberal eran de Alicante. Fue un político español, último presidente de la Primera República. La restauración absolutista de Fernando VII obligó a su padre, Manuel Castelar a exiliarse en Gibraltar durante siete años por haber sido condenado a muerte acusado de afrancesado.
Desde pequeño, gracias a la influencia de su madre María Antonia Ripoll, era un lector insaciable, que se reflejaba en un rendimiento escolar muy alto. Estudió Derecho y Filosofía en la Universidad de Madrid, junto con hombres que serán sus adversarios políticos como Antonio Cánovas del Castillo. Durante sus estudios pudo colaborar con la Escuela Normal de Filosofía lo que le permitió ayudar a su familia.
Participó en la Revolución de 1868 que destronó a Isabel II, pero no consiguió que condujera a la proclamación de la República.
Siguió defendiendo la opción republicana dentro y fuera de las Cortes hasta que la abdicación de Amadeo de Saboya provocó la proclamación de la República (1873).
Al terminar su formación se dedicó a la lucha política, canalizada a través del periodismo. Su primer discurso lo realizó el 25 de septiembre de 1854, durante un mitin del Partido Democrático en Madrid, y desde ese momento, lo conocerían como un orador excepcional y defensor de la libertad y de la democracia.
Defendía el republicanismo liberal y democrático, que le enfrentaba a la tendencia más socializante de Pi y Margall. Desde estas posiciones luchó contra el régimen de Isabel II, llegando a criticar diremctamente la conducta de la reina en su artículo el rasgo.
El gobierno de Ramón María Narváez lo sustituye por Leopoldo O'Donnell. Fue condenado, pero consiguió huir a Francia en un exilio de dos años.
Para salvar el régimen disolvió las Cortes, movilizó hombres y recursos y encargó el mando de las operaciones militares profesionales, aunque de dudosa fidelidad a la República. Cuando se reanudaron las sesiones de Cortes a comienzos de 1874, Castelar presentó su dimisión tras perder una votación parlamentaria, mientras se votaba el nombramiento del nuevo presidente del poder ejecutivo. El general Pavía dio un golpe de Estado y disolvió las Cortes. A Castelar se le ofreció formar gobierno, pero éste rechazó, finalmente fue el general Serrano quién acepto ser presidente del Poder Ejecutivo.
El 2 de octubre de 1880, formula en Valencia el programa de un nuevo partido político, el "Posibilista", de signo democrático. Siguió, además, colaborando con el partido progresista y, convencido de que España necesitaba en aquellos momentos, más que una República conservadora, una Monarquía democrática, aboga por el establecimiento de esta última, en contra de sus propias ideas y de su partido, al que pide, en primer lugar, que lo abandone a él y, luego, que se disuelva (Discurso del 7 de febrero de 1888).
Continúa, incansable, escribiendo y viajando: en 1888 esboza un proyecto de Historia de España, que no llegará a completar, y en 1895, una Historia de Europa en el siglo XIX, también inconclusa. Viaja a París en dos ocasiones (1889 y 1893), y a Roma (1894), donde visita al Papa León XIII.
Cansado y enfermo, Castelar abandonó la política activa, aunque intentó volver a ella tras el asesinato de Cánovas (1897), presentándose como diputado por Murcia. Ese mismo año regresó por última vez a Cádiz, donde pronunció en el Casino un emotivo "Discurso de acción de gracias a Cádiz". El último año de su vida transcurrió entre Sax, Mondariz, Madrid y San Pedro del Pinatar, donde falleció el 25 de mayo de 1899.
Considerado como el más elocuente orador de España, ha sido también uno de los grandes prosistas del siglo XIX. Influido por el Romanticismo, del que también hay huellas en su oratoria, se recuerdan entre sus obras los Recuerdos de Italia, alguna novela como Ernesto, Fra Filipo Lippi y colecciones de artículos, discursos y diversos estudios jurídicos, históricos y de crítica literaria y artística, además de ensayos sobre ideología política.
En homenaje a Emilio Castelar existe en Argentina, en la provincia de Buenos Aires una ciudad con su nombre. En principio el nombre fue dado a la estación de ferrocarril que, posteriormente, dio origen al pueblo, hacia 1913. Fue declarada oficialmente Ciudad de Castelar en 1917, cuando superó los 10.000 habitantes. Pasado el año 2000, superaba los 100.000 habitantes.
DOCUMENTACIÓN:
http://www.biografiasyvidas.com/biografia/c/castelar.htm
Enciclopedia del Estudiante. Larousse Edición 2003
Enciclopedia Salvat. Edición 1998
http://www.ensayistas.org/filosofos/spain/castelar/
TRABAJO REALIZADO POR: Pilar Morgado Muñoz y Mª del Mar Luque De Ingunza
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